En las embarazadas puede provocar anemia:
Posterior al embarazo: depresión post parto.
En el bebé en gestación:
Consiste en una dieta balanceada y saludable que aporta la cantidad necesaria de hierro para revertir el déficit.
Pero si el déficit es grave y se requieren grandes cantidades de hierro por el embarazo, el médico puede indicar un suplemento.
En primer lugar, ten en cuenta esta diferencia si estás embarazada o preparando un embarazo:
Previo al embarazo, las mujeres requieren entre 300 y 400 mg de hierro en sus reservas.
Sin embargo, muy pocas tienen esta cantidad de hierro. Por lo tanto, es muy probable que empiecen el embarazo con un déficit.
Dato: 23% de las embarazadas presenta déficit de hierro.
Por otro lado, las embarazadas requieren de 27 mg de hierro (diariamente) en el embarazo.
En otras palabras, necesitan casi un 50% más que cuando no están embarazadas.
Entonces, ¿deben tomar hierro las embarazadas?
Parece lógico que la respuesta es sí, pero esto lo debe determinar un médico mediante exámenes.
La fuente natural de hierro para las embarazadas (y para todas las personas) es la alimentación balanceada y saludable.
Pero si las embarazadas presentan un déficit previo, es difícil que la alimentación logre suplirlo.
En las embarazadas, el déficit de hierro puede producir anemia. Los síntomas de esta enfermedad son:
Sin embargo, ten en cuenta que algunos síntomas pueden ser producto del embarazo y no de anemia. Consulta siempre con tu médico.
Además, si el déficit de hierro se prolonga hasta después del embarazo, puede provocar depresión posparto.
Aproximadamente, 1/3 del hierro total de las embarazadas se usa para la formación y crecimiento de la placenta y el feto.
Por lo tanto, el déficit de hierro puede afectar el crecimiento de ambos.
Por ejemplo, esto puede tener consecuencias en el desarrollo del sistema óseo y del inmunológico.
Además, en los casos más graves, puede provocar bajo peso del feto al nacer. Asimismo, puede provocar parto prematuro.
La consecuencia más grave es el riesgo de muerte antes o después del nacimiento.
En general, el tratamiento para el déficit de hierro y para la anemia, consiste en una dieta balanceada y saludable que aporte la cantidad necesaria de este mineral para revertir la situación.
Pero, como vimos, si el déficit es grave y se requieren grandes cantidades de hierro por el embarazo, el médico puede indicar un suplemento.
Ingerir suplementos alimentarios sin supervisión médica puede poner en riesgo tu salud.