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El Síndrome del impostor puede provocar que las personas tengan dificultades para reconocer sus propios méritos, atribuyendo el éxito a la suerte. Asimismo, pueden sentir que no hacen las cosas tan bien y que engañan a los demás, lo que puede generar ansiedad por el miedo a ser descubiertos.
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Así como existe el miedo al fracaso, ¿existe el miedo al éxito?
Quizás es extraño plantearlo, ya que muchas veces se habla del sueño de ser exitosos y reconocidos en lo que hacemos.
Pero, ¿estamos realmente preparados para el éxito y el reconocimiento?
Así como algunos lo están, otros no.
Y es que existe una delgada línea entre quienes “se creen el cuento” y se sienten superiores al recibir reconocimiento y quienes minimizan su esfuerzo y el trabajo que los lleva al éxito.
Frente al éxito, la clave sería mantener el equilibrio, algo así como reconocer nuestro esfuerzo pero mantener la humildad para mejorar.
Caer en cualquiera de los extremos puede dejar entrever algún fenómeno psicológico, como por ejemplo, el Síndrome del impostor.
Cuando llega el éxito y el reconocimiento por lo hecho, pero se atribuye a la suerte o a factores azarosos, se podría hablar de Síndrome del impostor.
Las personas que experimentan el Síndrome del Impostor pueden presentar dificultades para reconocer sus propios méritos.
En otras palabras, le bajan el perfil a su éxito y reconocimiento y lo atribuyen a motivos externos.
Asimismo, pueden sentir que no merecen el reconocimiento porque no hacen las cosas lo suficientemente bien.
En consecuencia, las personas que experimentan el Síndrome del Impostor pueden sentir que engañan a los demás, que son impostores o que son un fraude, y temen quedar en evidencia.
Los motivos para no reconocer los propios méritos pueden ser variados y es sumamente difícil atribuirlo a un solo factor.
En resumen, una baja autoestima, tener expectativas demasiado altas, crecer o desarrollarse en ambientes con mucha exigencia, crítica y comparaciones, pueden influir en el Síndrome del impostor.
Además, la falta de confianza y la inseguridad también pueden influir.
La ansiedad y el Síndrome del Impostor pueden estar íntimamente relacionados.
Por un lado, la ansiedad puede ser un factor que influya en el desarrollo de este fenómeno.
Por otro lado, el miedo a ser descubierto que puede provocar el Síndrome del impostor, puede producir el desarrollo de un estado de ansiedad.
Entre los efectos que provoca la ansiedad se encuentra el miedo a que algo malo ocurra.
En este caso, el hecho de quedar en evidencia como “un fraude” y las consecuencias negativas, pueden provocar un pensamiento intrusivo y repetitivo que afecta física y mentalmente a la persona que sufre Síndrome del impostor, factores atribuibles a la ansiedad.
La ansiedad y el Síndrome del impostor pueden provocar que no desarrollemos nuestro máximo potencial y no podamos desenvolvernos en un estado de bienestar.
Pero ambas se pueden manejar. En ese sentido, la terapia psicológica puede brindar herramientas para hacerlo.
Además, existen métodos que pueden ayudar a calmar la ansiedad, como ejercicios de respiración, el ejercicio físico y conversar, entre otros.
También existen varios tipos de medicamentos para tratar la ansiedad. Siempre es recomendable consultar con tu médico cuál es la opción que más se ajusta a cada caso.
Por ejemplo, Sintocalmy es un medicamento de origen natural hecho a base de passiflora, una planta cuyas propiedades actúan en el sistema nervioso central para ayudar a tratar la ansiedad y el insomnio.
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