El síndrome de la niña buena, que también se puede manifestar en hombres, consiste principalmente en anteponer los deseos de las otras personas -por sobre los propios- para satisfacerlos y, en consecuencia, encontrar la aprobación y valoración de los demás.
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Llevarse bien con los demás es una cualidad que puede traer más cosas buenas que malas.
Sin embargo, cuando el costo de llevarse bien es olvidarnos de nuestros deseos y solo querer complacer a los demás, podríamos estar frente a un problema.
¿Qué es el síndrome de la niña buena?
El síndrome de la niña buena se puede interpretar como la búsqueda constante de la aprobación de los demás.
En consecuencia, el síndrome de la niña buena puede hacer que, con tal de sentirse aceptadas y valoradas, las personas sean extremadamente complacientes con los deseos de los demás, hasta el punto de renunciar a los propios.
La presión social y familiar por ser aceptados por los demás puede influir en las personas hasta el punto de sentir miedo al rechazo.
Como resultado, las personas con síndrome de la niña buena buscan quedar siempre bien con los demás, sin importar el costo.
Ansiedad: una posible consecuencia del síndrome de la niña buena.
Buscar la aprobación de los demás complaciendo sus deseos puede generar una presión enorme sobre las personas con síndrome de la niña buena.
En otras palabras, el hecho de estar siempre pendiente de las necesidades de los demás puede generar un estado de alerta constante y provocar ansiedad.
Asimismo, el miedo a equivocarse en complacer a los demás también puede generar ansiedad a las personas con síndrome de la niña buena.
Las personas que viven con este síndrome se pueden sentir responsables del bienestar de los demás. Por lo tanto, equivocarse no es una opción.
Como resultado, las personas con síndrome de la niña buena pueden ser muy autoexigentes, otro factor que se puede asociar a la ansiedad.
Falta de límites y sentimiento de culpa en el síndrome de la niña buena.
Querer complacer a los demás a toda costa, puede provocar que las personas con síndrome de la niña buena no tengan límites bien establecidos.
Es decir, pueden estar dispuestas a todo con tal de ser aceptadas y, lamentablemente, conducir a que los demás se aprovechen e, incluso, que las pasen a llevar.
Como consecuencia, las personas con síndrome de la niña buena pueden hacer lo que sea con tal de evitar los conflictos con los demás.
Enfrentarse a los demás no es una opción para ellas, ya que puede afectar el bienestar del otro.
Por otro lado, si una persona con síndrome de la niña buena piensa en sus propias necesidades, puede experimentar un profundo sentimiento de culpa y sentirse egoísta por no pensar primero en el bienestar del otro.
¿Qué hacer?
En algún momento -o no- las personas con este síndrome pueden tomar conciencia de su comportamiento y sentir que han postergado su vida.
Pero puede resultar muy difícil cambiar si han vivido muchos años con este comportamiento.
En ese sentido, la terapia psicológica puede ser de gran ayuda para salir de este espiral.
Un profesional de la salud mental puede ayudar a las personas a valorarse por medio de la realización personal.
Asimismo, puede ayudar a buscar un equilibrio entre la satisfacción de los deseos personales y los ajenos.
Además, puede ayudar a comprender que poner límites puede ser beneficioso para la salud mental.
También, puede ayudar a desarrollar la autoestima y a abandonar el miedo y la culpa que provoca no agradar a todas las personas.
Finalmente, la terapia psicológica puede entregarte herramientas para manejar la ansiedad que este síndrome puede provocar.
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