Además, cuida tu higiene bucal a diario para prevenir la formación de placa.
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El sangrado de encías puede ser una señal de gingivitis, enfermedad que se desarrolla más fácil en personas con diabetes mal controlada y alto nivel de glucosa. Además de sangrado, puede provocar irritación e inflamación en las encías.
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La boca es un lugar que acumula microorganismos todo el tiempo, tanto de los buenos como de los malos.
Pero si tienes diabetes, tu capacidad de combatir los microorganismos malos es reducida.
Sobre todo cuando la diabetes no está debidamente controlada.
Es que además de tener reducida la capacidad de combate, un alto nivel de glucosa hace que los microorganismos crezcan fácilmente.
Y esto puede empeorar aún más si no tienes el hábito de una buena higiene bucal.
Porque esa película pegajosa de microorganismos, llamada placa, puede irritar, inflamar, y provocar sangrado en las encías.
La gingivitis es una enfermedad que afecta a las encías. Se le considera leve, pero si no se trata, puede traer graves consecuencias.
La placa se acumula en las partes expuestas de los dientes y puede comenzar a irritar las encías.
La irritación pone las encías más sensibles y también puede inflamarlas. Por lo tanto, al cepillarte o comer, puedes ver sangre que sale de ellas.
La gingivitis es reversible con la ayuda de un dentista, pero si tienes diabetes y no está controlada, es muy fácil que el sangrado, la irritación y la inflamación aparezcan una y otra vez.
Si no tratas la gingivitis, puede avanzar hasta convertirse en periodontitis, enfermedad que puede hacerte perder piezas dentales.
Conoce los tipos de gingivitis.
En primer lugar, lo más importante es mantener la diabetes controlada para que los niveles de glucosa no afecten la salud de tus encías.
El sangrado de encías producto de la gingivitis puede ser una consecuencia directa de la diabetes.
Sin embargo, la gingivitis también puede afectar a personas con diabetes controlada, pero que no tienen el hábito de higiene bucal.
Si ves sangrado en tus encías al cepillarte o al comer, acude a tu dentista para que te ayude y cuéntale que tienes diabetes.
De esta manera, podrá brindarte los cuidados especiales que requiere una persona diabética.
Pero te damos un consejo: no esperes hasta ver sangrado para acudir a tu dentista. Visítalo periódicamente, especialmente si tienes diabetes.
Además, cuida tu higiene bucal a diario para prevenir la formación de placa.
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