Prestar atención a los primeros síntomas, como el sangrado de encías, es fundamental para tratar la gingivitis y, de este modo, prevenir que se transforme en una enfermedad grave.
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La salud bucal es mucho más que cuidar nuestros dientes. También es importante cuidar nuestro paladar, lengua y las encías.
La gingivitis es una enfermedad de las encías. Generalmente, se caracteriza por la infección e inflamación de estas.
Entre sus causas, la más frecuente es la acumulación de placa en los dientes. Esto provoca irritación, enrojecimiento, e inflamación de las encías.
Por otro lado, fumar constantemente, algunas enfermedades sistémicas, ciertos medicamentos, u otras causas, también pueden provocar gingivitis.
De acuerdo a su gravedad y síntomas, la gingivitis se puede clasificar en tres tipos: leve, moderada, o severa.
En términos generales, el primer síntoma de gingivitis es el sangrado durante el cepillado dental.
No obstante, en su fase inicial, esta enfermedad puede presentarse sin síntomas.
En consecuencia, acudir al dentista -como mínimo- dos veces por año, ayuda a prevenir o identificar esta enfermedad y tratarla.
Gingivitis: ¿cómo tratar esta enfermedad de las encías?
Es de suma importancia tratar la gingivitis de manera inmediata cuando se presenta algún síntoma.
Como resultado, previene el desarrollo de esta enfermedad y de otras más graves, que pueden involucrar la pérdida de dientes.
En primer lugar, acudir al dentista es fundamental para tratar la gingivitis. Posteriormente, el profesional diagnosticará la enfermedad y procederá al tratamiento.
Limpieza.
La limpieza dental consiste, en términos generales, en la eliminación de placa, sarro, y productos bacterianos.
Este procedimiento se denomina “raspado y alisado radicular” y es realizado por un dentista.
Primero, se realiza un examen completo en la boca y, según sea el caso, se evalúa el tipo de intervención.
El raspado se realiza para remover el sarro, la placa y las bacterias que están en la superficie de los dientes y debajo de las encías.
Por otro lado, el alisado radicular involucra el raspado cuidadoso de la raíz del diente, con el objetivo de reducir la inflamación e impedir el crecimiento de placa bacteriana.
Además, sirve para evitar futuras acumulaciones de bacterias y sarro. También, para suavizar la superficie de las raíces y facilitar la curación.
El raspado y alisado radicular se puede realizar de manera mecánica, con instrumentos adecuados para este fin.
También, se puede realizar mediante láser o dispositivos ultrasónicos.
Restauración dental.
Las encías pueden irritarse debido a dientes, coronas, puentes u otros, desalineados o en mal estado.
Un ajuste incorrecto de aquellos dificulta la eliminación de placa durante el cepillado de dientes y, de esta manera, causar gingivitis.
El dentista, en caso de ser necesario, te sugerirá solucionar estos problemas.
Tratamiento continuo.
En muchas ocasiones, la gingivitis en estado inicial se revierte con la limpieza dental.
Sin embargo, es necesario cuidar la higiene bucal para que esta enfermedad no vuelva a presentarse.
En la misma línea, el dentista puede ayudarte a establecer un plan de higiene y cuidados efectivos para que la gingivitis no reaparezca.
Generalmente, el plan incluye la higiene bucal adecuada en el hogar y visitas periódicas para controlar y realizar limpieza dental.
¿Cómo puede ayudar el ácido hialurónico para tratar la gingivitis?
El ácido hialurónico de alto peso molecular, gracias a sus características, genera efectos que benefician el tratamiento de la gingivitis, por ejemplo:
- Ayuda a crear un óptimo ambiente de curación para las heridas.
- Reduce el sangrado.
- Su barrera mecánica contribuye a evitar la reproducción de bacterias.
- Mejora el proceso de regeneración de tejidos.
En consecuencia, la aplicación tópica de un gel de ácido hialurónico, como Gengigel, contribuye a la curación periodontal en personas con gingivitis, ayudando tanto en la curación del tejido, como en el alivio de los síntomas de heridas o alteraciones en el tejido de la encía.
Conoce Gengigel:
Gengigel es un dispositivo médico, el cual es utilizado para tratar afecciones bucales. Mediante su acción física y mecánica, logra generar una barrera que ayuda en el proceso de cicatrización.
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