El contexto que estamos viviendo entrega motivos de sobra para sentirnos bajo estrés constante, por lo que aprender a cómo manejar este estado puede resultar de gran ayuda.
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Los seres humanos tenemos el instinto de defensa frente a situaciones de peligro o emergencia. De acuerdo con ello, el estrés podría ser considerado como una reacción natural de nuestro cuerpo.
No obstante, cuando el estado de estrés se vuelve repetitivo, nuestro cuerpo y organismo comienzan a acusar las consecuencias.
¿Cómo reconocer el estrés? El primer paso para manejar este estado.
Las sensaciones que tenemos como respuesta al estrés son propias del instinto a defendernos, por lo que, en primera instancia, no las podemos manejar.
Esta respuesta hace que nuestro cuerpo realice un gasto energético adicional, el que se puede manifestar de distintas maneras:
- Aumento del ritmo cardiaco.
- Tensión muscular.
- Más sudoración de la normal.
- Alteraciones en el sueño, ya sea dormir más de lo normal o sufrir insomnio.
- Dolores de cabeza.
- Malestares estomacales.
- Tendencia a estar enojado o irritable.
Enfermedades relacionadas con el estrés.
Las alteraciones físicas que provoca el estrés pueden derivar en problemas de salud si no logramos manejar la situación adecuadamente.
- La constante tensión de los músculos puede producir contracturas.
- La dilatación de los vasos sanguíneos puede provocar migrañas, al igual que los espasmos musculares en la cabeza y cuello.
- El corazón trabaja más rápido y, junto con la dilatación y contracción de los vasos sanguíneos, el paso de la sangre se puede dificultar y elevar la presión arterial.
- El estrés incrementa el nivel de azúcar en la sangre, generando problemas en personas diabéticas.
- La digestión se detiene en momentos de estrés, dado que el organismo prioriza otros sistemas de nuestro cuerpo. Esto puede producir un aumento de los ácidos estomacales, alteración de la motilidad del colon, entre otros efectos. En consecuencia se puede propiciar colitis, úlceras, irritación del intestino, estreñimiento, y otros.
- El aumento de cortisol durante el estrés puede alterar el sistema inmune y dejarnos vulnerables frente a enfermedades.
- La alteración en los niveles hormonales puede producir depresión, problemas sexuales, y otros.
¿Cómo favorecer el bienestar? 5 actividades para combatir los síntomas del estrés.
1. Alimentarse bien.
Además de las molestias estomacales, los estados de estrés pueden alterar nuestro apetito. Sin embargo, sostener una alimentación saludable y nutritiva es fundamental para mantener a nuestro organismo en buen estado.
Los alimentos ricos en Vitaminas del complejo B colaboran a conservar en buen estado nuestro sistema nervioso. En consecuencia, alimentos ricos en estas vitaminas, como la carne, los lácteos, el huevo, los frutos secos, plátano y legumbres, pueden ayudarnos a atenuar los síntomas de estrés.
2. Ejercitarse.
Realizar actividad física es importante para liberar tensiones. En ese sentido, el ejercicio ayuda a liberar endorfinas, las que ayuda a reducir el estrés y la ansiedad.
3. Dormir lo necesario.
El gasto energético que conlleva el estrés hace necesario que durmamos las horas correspondientes para que nuestro cuerpo se recupere adecuadamente.
4. Divertirse.
Realizar actividades que nos produzcan placer ayudan a distraer nuestra mente y, así, manejar el estrés. No dudes en destinar tiempo a tus hobbies y aficiones.
5. Socializar.
Conversar con la familia y/o amigos es una excelente instancia para expresar lo que nos molesta y, de esta manera, librarnos de un poco de carga emocional.
Si reconoces algunos de los síntomas de estrés, estas actividades pueden ayudarte a atenuarlos. Sin embargo, ninguna de ellas reemplaza la consulta médica ni los tratamientos para combatir las enfermedades asociadas a esta condición.
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